Salud y Bienestar

El 10 de octubre se celebra a nivel mundial el Día de la Salud Mental con el objetivo de promocionar la atención mundial en la identificación, tratamiento y prevención de algún trastorno emocional o de conducta. La salud mental es una de las áreas mas desatendidas de la salud pública. Cerca de 1000 millones de personas viven con algún trastorno mental, 3 millones mueren cada año por el consume nocivo de alcohol relacionado a ésta y una persona se suicida cada 40 segundos.

La salud de todo individuo, en todas las etapas de la vida, es la base sobre la cual se construyen vidas sanas y satisfactorias. La OMS definió a la salud como “El estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.”

La salud mental es tan importante como la salud física. Es de suma importancia reconocer la relación entre ésta, la salud física y el bienestar en todas las etapas de la vida para garantizar personas sanas, familias que funcionan y comunidades prósperas.  A lo largo de la historia, se puede ver como descuidar la salud y el bienestar de cualquier segmento de la población lleva a problemas humanos y sociales graves para países enteros.

En el contexto actual que estamos viviendo a raíz de la pandemia de COVID-10 y las consecuencias que la misma trae a todos en nuestras vidas cotidianas, este año, con el Día Mundial de la Salud Mental se buscará conseguir un incremento de las inversiones a favor de la salud publica. La propuesta esta impulsada por la OMS quién trabaja junto con las organizaciones asociadas United for Global Mental Health y la Federación Mundial de Salud Mental y  cómo parte de la iniciativa han lanzado en septiembre una campaña titulada “Acción a favor de la salud mental: invirtamos en ella”.

La pandemia ha creado muchos retos para todos, para el personal de salud que presta sus servicios con el riesgo de contagiarse, para los estudiantes que se adaptan a una clase a distancia (en aquellos casos cuando pueden acceder a esta modalidad), para los niños que necesitan el afecto diario y las relaciones sociales para crecer, aprender y desarrollarse, para los adultos mayores, los trabajadores, para quienes sufren la pobreza, para todas aquellas personas con afecciones mentales y para la población en general. Esta situación no solo genera ansiedad, sino también aislamiento, incertidumbre y falta de incentivo.  Se espera que  las necesidades de apoyo psicosocial y en materia de salud mental aumentarán notablemente en los próximos meses y años. Invertir en los programas de salud mental en el ámbito nacional e internacional es ahora más importante que nunca.

Fuente: OMS