Esta enfermedad en constante crecimiento no solo afecta a los adultos, sino que también a cada vez más niños y adolescentes.
En comparación con los niños con un peso saludable, los niños con obesidad tienen un mayor riesgo de sufrir asma, apnea del sueño, problemas de huesos y articulaciones, diabetes tipo 2 y factores de riesgo de enfermedades cardíacas como la presión arterial alta.
Una de las mejores estrategias para reducir la obesidad infantil es mejorar la alimentación y los hábitos saludables como la promoción del ejercicio físico como herramienta eficaz para combatir el sedentarismo.
Respecto a los preocupantes números de su crecimiento, un reciente estudio de Unicef reveló que Argentina está entre los 5 países de América Latina con niveles más altos de sobrepeso en los niñas y niños menores de 5 años. El sobrepeso alcanza al 12,6% de las personas de esa esa edad. En el informe, nuestro país también sobresalió por el alto porcentaje de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años con obesidad, que alcanzó el 16,9%.
Otro de los preocupantes informes que destacan desde el Hospital de Clínicas José de San Martín, de la Universidad de Buenos Aires (UBA) es el alerta de sus expertos que indican que la población obesa crecerá en los próximos años debido al aumento actual de la obesidad infantil.
¿Qué podemos hacer para prevenir y controlar la obesidad?
La alimentación saludable y la actividad física son medidas efectivas para prevenir y controlar la obesidad. Acá te dejamos algunas recomendaciones para que incorpores a tu rutina diaria:
- Alimentación equilibrada y planificada: evitá el exceso de alimentos altamente procesados, refrescos, dulces. Aumentá la ingesta de frutas, verduras, lácteos, legumbres o cereales integrales.
- Actividad física regularmente: las prácticas deportivas grupales son perfectas, ya que estimulan al niño y le incitan a moverse.
- Horarios de comida: Respetalos, evitar el picoteo entre horas. Cuando se picotea se suelen consumir calorías vacías, y no en pequeñas cantidades.
- Comida rápida: moderá su ingesta, no aporta muchos nutrientes ni alimenta mucho y engorda.
- Comer sin distracciones: la televisión y los videojuegos no son recomendables mientras se está a la mesa. Aprovecha el momento para charlar con ellos sobre su día.
- Variado y con moderación: Un poco de cada cosa y no demasiado de una sola.
- Hábitos saludables: compartilos, planificalos y realizalos en familia, puede ayudar a motivar más al niño.
- Rutina de sueño: respetala, es muy importante que los niños descansen bien.
La obesidad infantil es una enfermedad compleja a la que contribuyen muchos factores, incluida la genética, los patrones de alimentación, los niveles de actividad física y las rutinas de sueño.
Ante cualquier duda, consultá a tu médico de confianza, o accedé a nuestra Cartilla para conocer nuestros Prestadores.
Es un problema de salud crónico, no aparece en un día ni se soluciona en una semana.
Hoy comenzá a cuidarte y a cuidarlos, la salud es lo más importante que tenemos.