El receso invernal llega como una pausa necesaria. Para muchas familias, es el momento ideal para salir del ritmo diario y reconectar con lo más importante: el tiempo compartido.
Estar presentes, jugar, leer, cocinar o simplemente conversar, también es una forma de cuidar. No se trata de grandes planes, sino de hacer espacio para estar, acompañar y disfrutar.
En casa, con poco, se puede hacer mucho. Una hoja y colores, una historia antes de dormir, una receta improvisada o una playlist para bailar. Lo importante no es qué se hace, sino cómo se vive ese momento juntos.
Y aunque el frío invite a quedarse adentro, también es una época en la que no hay que descuidar la salud. Por eso, es importante prestar atención a algunos cuidados simples:
- Abrigarse por capas.
- Lavarse las manos al regresar del exterior.
- Ventilar los ambientes.
- Consultar al médico si hay síntomas.
- Mantener al día los esquemas de vacunación.
Aunque las vacaciones cambien el ritmo, encontrar pequeños momentos de equilibrio es fundamental. Alternar el descanso con actividades compartidas ayuda a los chicos a mantenerse activos y contenidos, y también le da al adulto la oportunidad de disfrutar sin exigencias.
Desde OSAM, acompañamos a las familias todo el año.
En salud, prevención y también en esos pequeños gestos cotidianos que fortalecen el bienestar.